Leyendas e historias sobre
tradiciones o fiestas populares envuelven a la localidad de Pueblo Nuevo, en el
municipio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba.
Se dice que los festejos guardan
relación con hechos religiosos, pero también con la figura de Lico Matamoros
uno de los más prominentes comerciantes de la zona y organizador del agasajo.
¿Cuánto de mito y cuánto de realidad existe en todo este proceso identitario?
Una de las investigaciones
realizadas en la localidad de Contramaestre, sobre esta tradición popular,
recoge que el marcado carácter religioso se debe a la peregrinación popular que
se hacía en la década del 20 con la réplica de la Virgen de la Caridad delCobre, patrona de Cuba, desde la localidad del Rincón hasta el arroyo del
pueblo.
Lo cierto es que Lico Matamoros o Liquito como lo nombraron muchos habitantes del lugar, realizaba una fiesta familiar cada 27 y 28 de febrero. Más tarde estas celebraciones adoptan el nombre de la fiesta de la propina pues los que participan tenían que ahorrar cierta cantidad de dinero para pagar los gastos.
En las fiestas no faltaron las corridas de sacos, caballos, cintas y competencias de bailes que convirtieron a la localidad de Pueblo Nuevo en un sitio de mucha diversión y afluencia de público.
Actuaron en esa época orquestas y músicos cubanos de alto reconocimiento popular como Benny Moré, Chepín Choven, Pacho Alonso y las Anacaonas.
En 1959 como consecuencia de la situación revolucionaria existente en Cuba, culminan las fiestas ya convertidas en una tradición que identifica a los naturales de estas tierras a la orilla de la Carretera Central rumbo a Baire.
Rescate de tradiciones
Corría el año 1992. En ese propio pueblo la figura reconocida y nativa de Sélfido Pérez va de boca en boca. Este hombre comunicativo y dicharachero es quien rescata las ya reconocidas fiestas de San Liquito.
Esta vez las instituciones culturales de Contramaestre de forma experimental realizan conferencias sobre la personalidad de Lico Matamoros y las tradiciones culturales, religiosas y sociales del festejo.
Desde entonces y hasta nuestros días en la celebración de San Liquito no faltan obras teatrales, venta de libros, actividades literarias, premiación de concursos, juegos recreativos y didácticos, desfiles de bandas rítmicas y programas de música ambiental.
Más que de leyenda, la historia sobre las fiestas de San Liquito en Pueblo Nuevo forman parte del rescate de tradiciones en este territorio.
Tradiciones que mueven a cientos de personas desde cualquier sitio geográfico de esta región oriental y que enriquecen la cultura, el alma y el espíritu de quienes se dan cita en ese pueblo, cada mes de febrero.
Lo cierto es que Lico Matamoros o Liquito como lo nombraron muchos habitantes del lugar, realizaba una fiesta familiar cada 27 y 28 de febrero. Más tarde estas celebraciones adoptan el nombre de la fiesta de la propina pues los que participan tenían que ahorrar cierta cantidad de dinero para pagar los gastos.
En las fiestas no faltaron las corridas de sacos, caballos, cintas y competencias de bailes que convirtieron a la localidad de Pueblo Nuevo en un sitio de mucha diversión y afluencia de público.
Actuaron en esa época orquestas y músicos cubanos de alto reconocimiento popular como Benny Moré, Chepín Choven, Pacho Alonso y las Anacaonas.
En 1959 como consecuencia de la situación revolucionaria existente en Cuba, culminan las fiestas ya convertidas en una tradición que identifica a los naturales de estas tierras a la orilla de la Carretera Central rumbo a Baire.
Rescate de tradiciones
Corría el año 1992. En ese propio pueblo la figura reconocida y nativa de Sélfido Pérez va de boca en boca. Este hombre comunicativo y dicharachero es quien rescata las ya reconocidas fiestas de San Liquito.
Esta vez las instituciones culturales de Contramaestre de forma experimental realizan conferencias sobre la personalidad de Lico Matamoros y las tradiciones culturales, religiosas y sociales del festejo.
Desde entonces y hasta nuestros días en la celebración de San Liquito no faltan obras teatrales, venta de libros, actividades literarias, premiación de concursos, juegos recreativos y didácticos, desfiles de bandas rítmicas y programas de música ambiental.
Más que de leyenda, la historia sobre las fiestas de San Liquito en Pueblo Nuevo forman parte del rescate de tradiciones en este territorio.
Tradiciones que mueven a cientos de personas desde cualquier sitio geográfico de esta región oriental y que enriquecen la cultura, el alma y el espíritu de quienes se dan cita en ese pueblo, cada mes de febrero.
