miércoles, 27 de noviembre de 2013

Julio Baños lleva la décima en lo más profundo de su corazón

Su creación va más allá de las gavetas, del armario o cajas viejas, al comenzar su vida laboral se integra a talleres y tertulias literarios del municipio para llevar al público sus décimas.
          
Desde niño y con la inocencia que caracteriza a esta etapa de la vida, Julio Baños, residente en Baire, ya escribía versos rimados.

En las diferentes actividades culturales de la escuela recitaba sus propias composiciones, más adelante, en la compleja edad de la adolescencia, sintió la necesidad de expresar ciertos sentimientos con esta manera de escribir el verso.

Le preguntamos de dónde surgió esta profunda inspiración, y su respuesta es José Martí con sus Versos Sencillos, el Poeta Nacional de Cuba Nicolás Guillén, Jesús Orta Ruiz, más conocido como el Indio Naborí, y por qué no el reconocido programa musical campesino de la televisión cubana, Palmas y Cañas.

Julio compone versos libres, pero su fuerte está en la décima, es lo que toda la vida le ha llamado la atención. Para él “es reflexiva, con su estructura y ritmo motiva a decir cosas de la cotidianeidad, la sociedad, uno mismo…”

Al comenzar su vida laboral se integra a talleres y tertulias literarios del municipio para llevar al público sus décimas, impulsado por Eduard Encina y Jorge Labañino, escritores y miembros de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) en Contramaestre.

Fechas como los días de San Valentín y del trabajador de la salud, también son motivos de inspiración para este poeta que le encanta ese modo de decir tan cubano y único.

Aunque sin publicaciones, este decimista participa en eventos municipales, provinciales y nacionales donde ha obtenido premios y nuevas experiencias.

La décima es necesaria en Julio para poder sustentarse, expresar esos momentos de pasión, angustia, felicidad o tristeza, y transmitirle al público sus textos.

El verso rimado lo atrapó de tal manera que se convirtió en un reflejo de lo que piensa y siente, con la cubanía y sonoridad que lo caracteriza desde niño cuando apenas soñaba con la espinela.

En Contramaestre hay XLibrio para la danza


Siempre que haya variedad debe haber XLibrio. En Baire todo lo que tenga que ver con danza se mueve con este estilo.

El dinamismo caracteriza a este grupo de aficionados que integran el proyecto danzario, único de su tipo en Baire. XLibrio lleva ya más de tres años de fundado. Luis Ángel Rodríguez y Mayelín Pupo dirigen las cinco parejas, cuyos bailes rescatan tradiciones y talentos artísticos en las comunidades.

Periodista: Desde su fundación en 2009 gran cantidad de público acude a las presentaciones de XLibrio. ¿Cómo surge este proyecto danzario?

Luis Ángel Rodríguez: San Bartolomé, conocido también como San Bartolo, ejerce sobre nosotros una atracción especial. Comenzamos a investigar en la Iglesia Católica de Baire sobre esta tradición que incluye la procesión del santo cada 24 de agosto.

La ceremonia se celebró desde 1889 y hasta 1891 como elemento principal de las fiestas patronales de este poblado y se inició porque se contaba con una imagen del santo en la parroquia del poblado.

Logramos hacer una réplica del santo en el 2009 que hoy se encuentra en la Casa de la Cultura Zoila Rosa Arias, de Baire. Luego fundamos el grupo XLibrio para rescatar esta tradición, lo llevamos a la danza, imprimiéndole música y ritmo.

P: ¿Por qué XLibrio?

L.AR: XLibrio porque trabajamos sobre la base de temas modernos, folklóricos y contemporáneos, precisamente para equilibrar todos los géneros danzarios.

P: Desde la fundación de Baire, San Bartolo ha sido su patrono, creando en los pobladores una fiel devoción. ¿Cómo XLibrio rinde homenaje a este santo?

L.AR: Todos los 24 de agosto XLibrio hace una peregrinación con la réplica del santo desde la Casa de la Cultura hasta el parque Saturnino Lora o la Plaza 24 de Febrero en la localidad de Baire. Concebimos una danza que recrea la leyenda en torno a la manera en que se desoyó San Bartolo.

Tenemos 14 coreografías en las que ligamos los bailes actuales con los tradicionales como la trova, el chachachá, danzón, mambo, etc. No perdemos la tradición que es el objetivo fundamental del proyecto.

P: ¿Están integradas las instituciones culturales del municipio en apoyo al proyecto?

L.AR: Hay que destacar el apoyo de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) de Contramaestre, a Eduard Encina, y a la Casa de la Cultura de Baire por el local de ensayo y los audios.

Quisiéramos que las presentaciones fueran más variadas, no en el marco de la AHS solamente, sino en festivales u otros eventos.

P: ¿Puede ampliarse el proyecto en su composición?

L.AR: Es la idea más inmediata. Pensamos incluir niños para dar continuidad al rescate de tradiciones desde las edades más tempranas, ya muchos de ellos dominan el baile en diferentes géneros musicales.

Las circunstancias y contraposiciones no son obstáculos para Luis Ángel Rodríguez y Mayelín Pupo quienes confían en que el grupo danzario XLibrio pueda consolidarse.

Lograr ese justo XLibrio exige no sólo de conocimientos danzarios sino de investigación histórica, religiosa, de las costumbres y las tradiciones en cada localidad y asentamiento de Contramaestre.

Café Bonaparte: un espacio donde se vive la literatura

El Café Bonaparte en Contramaestre es una especie de cofradía, un espacio de gentes que están unidas más allá de la literatura, el arte o la cultura.





Es un domingo cualquiera. Justo a las tres de la tarde irrumpe en la casa del poeta Eduard Encina, el murmullo de quienes desde diferentes sitios acuden a intercambiar sueños literarios, sin la mordaza filosa de la censura.

La cita dominical nombrada Café Bonaparte atrae no solo a personas amantes de la literatura en Baire, sino que involucra desde hace más de 10 años a quienes en Contramaestre se interesan por la cultura.

¿Cuando surge el Café Bonaparte en Contramaestre?

En la década de los 90, en pleno sigglo XX, jóvenes que se iniciaban en el mundo del arte y la literatura, en el instituto superior pedagógico Frank País, de Santiago de Cuba, crearon un espacio de diálogo, siempre con la mirada, el pensamiento y la voz puesta en el enfoque crítico de las cosas. Así nace el taller literario Café Bonaparte.

El renacimiento
Eduard Encina y Jorge Labañino Legrá, ambos escritores y miembros de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) de Contramaestre, deciden refundar, en Baire, el añejo Café Bonaparte.

Para Eduard Encina "esta vez no sería solo un espacio bohemio, estaría enfocado desde una perspectiva más consciente, hacia una proyección cultural más amplia".

Desde la espiritualidad
El Café Bonaparte es una especie de cofradía, un espacio de gentes que están unidas más allá de la literatura, el arte o la cultura.

Eduard Encina confiesa que "se acerca más hacia la dimensión humana de cada uno de sus miembros; involucra a la familia como algo íntimo. Celebramos los aniversarios del grupo, nuestros cumpleaños, las victorias y nos pasamos el bálsamo cuando ocurre algo difícil en la vida.”

Más de 10 años tiene el Café Bonaparte y perdura porque es un espacio donde se fusiona la raíz de cada cubano. Los tertulianos continúan unidos en el arte y los sentimientos, lejos de la rutina y el costumbrismo.